Escribir para quien te escucha atento y sigue con la mirada los movimientos de tu boca. Escribir para quien te mira cada día en el espejo y vive tu vida con resignación. Escribir para quien tiene fe en el eco de las palabras y cree que pueden cambiar el mundo. Escribo para ti, sin que tú ni yo lo sepamos.
Persigo una luz que se extinguió en el tiempo...
La tormenta
Mi cuerpo ya relajado se tendió boca arriba mirando el techo inclinado de las escaleras. Enseguida te abrazaste a mí con la respiración entrecortada, sentía tu corazón aún desbocado sobre mi pecho, que no paraba de subir y bajar buscando aire. Tú ya no te acuerdas, pero yo no lo he olvidado.